HACIA LA ASAMBLEA NACIONAL

“Los que quieran patria, vengan conmigo”
Presidente Hugo Chávez

Comienza la campaña electoral de cara a las elecciones parlamentarias del próximo 26 de septiembre, unos comicios que se presentan de vital importancia para los dos sectores que están enfrentados por un modelo de país; es decir, Venezuela se juega su futuro para los próximos cinco años y decidirá si regresa al pasado o sigue avanzando por el camino de la independencia y los logros sociales de un pueblo en revolución.

La oposición, financiada por sectores imperialistas, participará una vez más con una doble intención. Uno, que los resultados pudieran favorecerle y llegar a la Asamblea Nacional para frenar los logros del Gobierno Bolivariano y fomentar la exclusión de las clases populares. Y dos, que es el escenario más factible, que sea derrotada contundentemente por el soberano y luego sus voceros más recalcitrantes declaren a sus medios de comunicación que no hay independencia de poderes y que Venezuela es un país en el que su democracia corre riesgo, encaminándose hacia una dictadura sin espacio para las voces disidentes. Es la repetición del guión que por espacio de once años han repetido y que el pueblo sabio y mayoritario ya no cree.

En cambio, las fuerzas progresistas han tomado esta campaña electoral y su participación en los comicios parlamentarios como una gran fiesta en la que se profundizarán los cambios que el país requiere para seguir construyendo el Socialismo del Siglo XXI, un modelo democrático que busca el mayor bienestar para la población siempre con independencia y soberanía. Con la mayoría en la Asamblea Nacional (o con por lo menos dos tercios de los escaños, como es la meta conservadora del Presidente Chávez), se harán más leyes a favor del pueblo y Venezuela será una potencia en desarrollo. No hay que olvidar que la proyección del Presidente Chávez es un ciclo que llega, en principio, hasta el año 2021; es decir, dos décadas para fomentar bases sólidas de un modelo de patria para las generaciones futuras, que serán nuestros hijos y nietos.

El gran reto que se presenta el venidero 26 de septiembre es por el retroceso o el avance de Venezuela. El pueblo ha alcanzado grandes conquistas en estos once años de Revolución, como el acceso masivo a la educación gratuita y de calidad o el derecho a tener una vivienda, gracias la política crediticia que el Gobierno ha implementado a favor de las mayorías. Recordemos que también se eliminaron aquéllos créditos indexados o cuota balón que impedían que el ciudadano común adquiriera bienes muebles o inmuebles, o que antes para tener acceso al sistema de salud había que tener un seguro privado. O, también, que se ha incrementado el número de personas de la tercera edad que acceden a una pensión digna de vejez o de jubilación como reconocimiento a los esfuerzos hechos en sus años laborales.

El pueblo está claro y no se deja engañar ni por políticos que representan la podredumbre burguesa cuartorrepublicana imperialista ni por sus medios de comunicación que tergiversan la realidad y juegan al caos, la desestabilización del país y la intervención foránea en el sagrado suelo venezolano. El 26 de septiembre todos iremos a votar en paz y en democracia. Es un derecho y un deber de cada ciudadano.