LA MARCHA UNIVERSITARIA Y EL GIRO DERECHISTA DE LA UCV

Una nueva marcha están convocando a los sectores de la derecha universitaria. Se trata de la segunda movilización en menos de dos semanas como un preámbulo del calentamiento de calle que la oposición tiene planteado con el fin de erosionar la base popular del Presidente Hugo Chávez y su gobierno de políticas sociales que benefician a la población de más bajos recursos.

Es cierto que las universidades públicas autónomas casi siempre se han caracterizado por ser antisistema y han argumentado déficit financiero que les impide cumplir con sus actividades de educación, formación docente, investigación y extensión, primordialmente. Pero para nadie es un secreto que se han convertido en la punta de lanza del imperialismo y de la burguesía criolla, llegando a participar activamente en la desestabilización del Gobierno Revolucionario desde 2002 hasta la fecha cuando han respaldado abiertamente a quienes promovieron el golpe de Estado, el sabotaje petrolero, las guarimbas y el paro económico con resultados nefastos para el país.

En el caso de la Universidad Central de Venezuela, la más antigua e importante del país, y que casi siempre fue de izquierda, empezó a girar a la derecha cuando asumió Giuseppe Gianetto como Rector, en el año 2000. Antes de Gianetto, concretamente en la gestión de Trino Alcides Díaz, las relaciones UCV-Gobierno fueron armoniosas. De hecho, el primer gabinete de Chávez incluyó muchos profesionales egresados del Alma Máter y se habló de inyectarle más recursos a las universidades autónomas.

Gianetto utilizó a nuestra querida UCV como elemento de desestabilización contra el Gobierno y también como su plataforma política para luego lanzarse como candidato a diputado a la Asamblea Nacional en 2005, respaldado por la oposición pero retiró su postulación conforme a lo decidido por los sectores golpistas. Una vez que dejó el cargo vinieron relativos vientos de paz con Antonio París en el Rectorado, pero todo ese esfuerzo de distender las relaciones fue lanzado al cesto de la basura cuando asumió Cecilia García Arocha, la única mujer Rectora ucevista en casi tres siglos.

García Arocha ha sido firme defensora de los estudiantes “manitos blancas”, prácticamente ejerce sus funciones declarando a los medios privados y es una ficha importante de la derecha. Fue una de las que se negó a reunirse con el Ministro de Educación Universitaria, Edgardo Ramírez, cuando éste invitó a las autoridades a dialogar en su despacho de la esquina El Chorro, en Caracas, luego de concluida la marcha del pasado 14 de octubre de 2010.

La misma situación de enfrentamiento ocurre con los que han sido los tres últimos presidentes de la Federación de Centros Universitarios de la UCV, Stalin González (hoy diputado electo por la Mesa de la Ultra Derecha); Ricardo Sánchez (suplente de la “Barbie” diputada electa, María Corina Machado) y el actual titular de la FCU, Roderick Navarro. Estos personajes, en vez de exigir cuentas claras y públicas a las autoridades universitarias y de realizar la contraloría social interna, han optado por dejarse utilizar por la alta dirigencia ucevista que tiene el olfato político, más no académico, como su norte; olfato que tuvo Giuseppe Gianneto y que piensan seguir utilizando Cecilia García Arocha y el actual Secretario de la UCV, Amalio Belmonte.

Por ahora los universitarios exigen lo que consideran un presupuesto justo. El Gobierno, en la persona del Vicepresidente Elías Jaua y hablando en nombre del Presidente Chávez, se ha comprometido a saldar la deuda con las universidades públicas, pero sin que las manifestaciones de presión que tienen estipulado realizar se vayan a convertir en el inicio del calentamiento de la calle, ahora que la oposición vuelve en enero de 2011 al ruedo parlamentario en el año preelectoral y presidencial. Se trata, pues, de una carrera de aliento del oposicionismo, que no es precisamente académica. Así como en el pasado la UCV fue un antrincheramiento de la izquierda, ahora es un atrincheramiento de la derecha.