Con la victoria de Dilma Rousseff en las elecciones presidenciales de Brasil, el gigante suramericano de 195 millones de habitantes seguirá con sus políticas de integración en el continente, con su voz emergente para el mundo desarrollado y continuará trabajando estrechamente con la Revolución Bolivariana liderada por el Presidente Hugo Chávez.
En sus “Líneas de Chávez”, publicadas este domingo, el mandatario venezolano vaticinaba el contundente triunfo de Dilma Rousseff al escribir: “Cuando caiga el sol más allá del Amazonas, cuando las estrellas comiencen a iluminar la inmensa tierra de Abreu e Lima, las masas populares de Lula, ese otro grande compañero, habrán elegido a otra mujer patriota para dirigir el nuevo destino del Brasil. Sí, Dilma a partir de hoy será Presidenta. ¡Bienvenida, Camarada!".
Roussef se convierte así en la primera mujer presidenta de Brasil en 121 años de república federativa. La economista de 62 años, candidata del Partido de los Trabajadores, se convertirá en la sucesora de “Lula”, su mentor político, el venidero 1º de enero de 2011, tras imponerse en la segunda vuelta electoral a su contrincante José Serra por más de diez millones de votos y una diferencia mayor de 12%.
La mandataria electa nació en Belo Horizonte, estado de Minas Gerais, el 14 de diciembre de 1947 (está próxima a cumplir 63 años). Pasó más de dos años encarcelada durante su juventud y fue torturada por su militancia en movimientos clandestinos que luchaban contra la dictadura militar (1964-1985), un pasado “guerrillero” del que sectores de la oposición ultraderechista y neoliberal intentaron sacar provecho.
Rousseff, quien superó hace poco tiempo un cáncer linfático, comenzó su carrera en la administración pública a finales de los años 80 como militante del Partido Democrático Laborista, Directora General del Consejo Municipal de Porto Alegre y como Secretaria regional de Minas y Energía. Su gestión fue reconocida por “Lula”, quien la designó para la cartera energética a finales de 2002 y posteriormente como jefa de su gabinete ministerial y presidenta del Consejo de directores de la estatal petrolera Petrobras. Entre sus grandes aportes para el país están la construcción de plantas hidroeléctricas, centrales térmicas y parques eólicos, a lo largo y ancho del territorio brasileño. También gestionó un programa de viviendas y la implementación de proyectos de telecomunicaciones.
Los más de 55 millones de brasileños que sufragaron por Dilma esperan que ella siga con los exitosos programas sociales y las políticas económicas del popular presidente, Luiz Inácio “Lula” Da Silva, quien no se quiso presentar para un tercer mandato pese a contar con más de 80% de apoyo popular.
Una nota singular del proceso electoral, fue que al salir del centro de votación donde ejerció el sufragio, Lula recibió un pijama y unas pantuflas entregadas por los humoristas de un programa de televisión, para que haga uso de estos elementos de vestuario para dormir, a partir del 1 de enero del 2011, cuando Dilma Rosseff tome posesión de la presidencia de Brasil.
lunes, 1 de noviembre de 2010
LA VICTORIA DE DILMA ROUSSEFF Y SU IMPACTO PARA VENEZUELA Y SURAMÉRICA
Las relaciones binacionales venezolano-brasileñas tomaron un impulso inicial en las postrimerías del mandato de Fernando Henrique Cardoso y se consolidaron con Luiz Inácio “Lula” Da Silva, quien ha sido un apoyo fundamental para impulsar programas de alimentación y otras iniciativas de gran alcance social para el progreso del pueblo venezolano, sobretodo en los tiempos en los que la oposición dio el golpe de Estado de 2002, aupó el paro general económico, el sabotaje petrolero y las llamadas guarimbas. “Lula” también ha sido un gran bastión para Venezuela después de las tormentosas relaciones con las pasadas administraciones de Álvaro Uribe Vélez en Colombia y de George W. Bush, en Estados Unidos.
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