En pocos días entrará en funcionamiento la “Cédula del Buen Vivir” (CBV), instrumento de bienestar social, lanzado recientemente por el Presidente Hugo Chávez, para promover el crédito a favor de los sectores populares de la población, con la finalidad de facilitar la adquisición de alimentos, electrodomésticos, línea blanca o marrón, así como garantizar la posibilidad real de acceso al turismo interno. Se trata de una especie de tarjeta de crédito expedida por los bancos estatales (Venezuela, Bicentenario y Tesoro, básicamente) que permite comprar en expendios de las redes Comerso, Bicentenario, Mercal y Pdval, en el caso de la rama alimentaria y del sistema Venetur, en el área turística, a precios muy por debajo de los especulativos costos, tradicionalmente impuestos por el mercado capitalista en Venezuela.
Con esta nueva iniciativa, el pueblo podrá adquirir no sólo sus alimentos, sino también artículos para el hogar y hasta financiarse un viaje familiar, las vacaciones escolares o hasta la propia luna de miel. En definitiva, la Cédula del Buen Vivir significa un mejoramiento de la calidad de vida para la ciudadanía, un objetivo que es posible en socialismo.
Es fundamental aclarar que por todas las razones anteriormente expuestas la Cédula del Buen Vivir, está muy lejos de ser una tarjeta de racionamiento, según la matriz de opinión creada por sectores tanto de la burguesía como de la extrema derecha y ampliamente difundida por los medios de comunicación privados para distorsionar una vez más la verdad con mezquinos intereses políticos.
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