Carlos Andrés Pérez, el único presidente venezolano destituido del cargo por hechos de corrupción, parece sentirse culpable de la situación a la que llegó el país por las políticas erradas de la llamada Cuarta República, que él liderizó y propició en sus gestiones de gobierno. En un libro semibiográfico del historiador Agustín Blanco Muñoz, que será bautizado este miércoles en Miami, Estados Unidos, “el gocho” reveló que la está pagando.
CAP o “El Gocho”, como se le conoció en sus tiempos de dirigente activo, es el acérrimo enemigo del Presidente Hugo Chávez, quien emergió en 1992 como líder de la insurrección militar del 4F y el líder que adecentó el ejercicio de la política con su Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 en aquellos tiempos, que no derrocó a Pérez pero si sirvió para que su base se erosionara y concluyera saliendo de Miraflores por la puerta trasera, luego de que la extinta Corte Suprema de Justicia, con el magistrado Gonzalo Rodríguez Corro al frente, dictaminara su destitución del cargo y su procesamiento por la comisión de los delitos de peculado y malversación de fondos públicos.
Pérez fue el artífice principal de llevar a nuestra patria a la bancarrota, al dilapidar los elevadísimos ingresos petroleros en su primer gobierno de 1974 a 1979, por lo cual quedó conocido para la posteridad como el padre de la deuda externa. Nuestro país recibió tantas divisas que llegó al extremo de hablarse de una “Venezuela Saudita”, término usado por el escritor Arturo Uslar Pietri para hacer una similitud de la economía venezolana con la petrodolarizada y multimillonaria economía de Arabia Saudita, actualmente el mayor productor de petróleo del mundo, con una producción estimada en 10.000.000 de barriles diarios.
Las ganancias de la inesperada bonanza petrolera nacional fueron despilfarradas, al punto que el sucesor de Pérez, Luis Herrera Campins, declaró en su toma de posesión en 1979 que recibía “un país hipotecado” y se preguntó “dónde están los reales” de los excedentes petroleros.
Fue tanta la corrupción del primer gobierno de Pérez que estuvo muy cerca de ser enjuiciado por el tristemente célebre caso del barco Sierra Nevada. No obstante, en diciembre de 1988, pero cuando todo parecía indicar que AD perdería las elecciones debido al desastroso gobierno del borracho y la barragana, es decir, de Jaime Lusinchi y Blanca Ibáñez, ganó nuevamente la presidencia, porque a pesar de que sus propios compañeros de partido sabían que era un corrupto, lo lanzaron como candidato presidencial, ya que no tenían a nadie con el carisma y la sagacidad de Pérez para captar mayoritariamente el voto popular, tanto el adeco que era fundamental, como el no adeco.
En febrero de 1989 moviendo sus brazos y manos frenéticamente, en menos de un mes, tomó posesión del cargo, en una ceremonia tan ostentosa en el principal teatro y sala de espectáculos de la país, que fue bautizada como la coronación del Teatro Teresa Carreño.
Unos años antes de que Pérez, ni siquiera fuera el candidato presidencial de Acción Democrática, en 1983, una mujer del pueblo, que trabajaba como secretaria en el Liceo Fermín Toro de Caracas, comentó: ¡ Mire mijo, Carlos Andrés va ser presidente, pero en este país va a ver también una explosión social!. Después de que CAP fuera electo como presidente de la república, José Vicente Rangel afirmo: “….el resultado de estas elecciones constituye la victoria personal de un hombre”.
Un CAP todavía eufórico por un contundente y abultado triunfo en las urnas, dictó un paquete de medidas económicas neoliberales, recetadas por el Fondo Monetario Internacional y elBanco Mundial, conocidas como “El Paquetazo”, que tuvieron como principal cerebro al economista y tecnócrata Miguel Rodríguez, las cuales derivaron en el levantamiento del pueblo hambriento y sin poder adquisitivo contra el régimen opresor, en el llamado “El Caracazo”(27 F).
Esos días del 27 y 28 de Febrero, así como del 1º de Marzo de 1989, el pueblo fue reprimido salvajemente por las fuerzas militares y cuerpos policiales. Los cadáveres se contaban por miles (nunca se ha conocido la cifra real de asesinatos). Los cuerpos sin identificación fueron sepultados en fosas comunes en el Cementerio General del Sur, en el sitio denominado despectivamente “La Peste”, quizá en referencia a quienes murieron, que eran en su mayoría gente pobre del pueblo, sepultada como las vítimas de la terriblemente recordada "Peste Negra" del siglo XIV en denominada Baja Edad Media.
No contento con gobernar para los tecnócratas (se recuerdan sus “Iesa Boys” comandados por Miguel "Paquetico"Rodírguez) y de espaldas al pueblo, Pérez malversó 250 millones de bolívares (17 millones de dólares para la época) de la partida secreta del Ministerio de Relaciones Interiores, caso por el cual la justicia lo condenó a dos años y cuatro meses de prisión pero, como sobrepasaba los 70 años de edad, le fue conferido el beneficio de casa por cárcel.
Con el tiempo, luego de pronunciar la histórica frase de que “hubiese preferido otra muerte” y no como lo hizo, destituido de la Presidencia (pues esperaba, según dijo una vez, “salir en hombros de Miraflores”).
Pérez se fue a vivir a Estados Unidos, donde en no pocas ocasiones, ha conspirado e instado a los factores de la ultraderecha para impulsar la salida del Presidente Chávez del poder por la vía violenta y acabar con el Gobierno Bolivariano, así como con sus grandes conquistas sociales y reivindicaciones para un pueblo, que fue mancillado en más 40 años de saqueos por parte de la rancia oligarquía venezolana en franca comchupancia con una clase política decadente, sumisa al imperialismo estadounidense y a los poderes económicos, en la tenebrosa época de la Democracia Representativa.
Hoy, CAP tiene 88 años y vive en un cómodo apartamento en Miami. Todavía tiene deudas pendientes con la justicia y, de regresar al país, sería capturado inmediatamente para que le de la cara ante el pueblo que engaño, robó y hasta masacró.
Carlos Andrés Pérez ha sido el peor presidente que ha tenido Venezuela y porque es el gran culpable de que nuestra patria no se haya desarrollado en un momento histórico crucial, pese a tener los recursos e ingresos para ello. Prefirió entregar el país a los grandes intereses extranjeros y ser, como reza el refrán popular, el ícono del adequismo que robaba y dejaba robar.
Pérez fue el artífice principal de llevar a nuestra patria a la bancarrota, al dilapidar los elevadísimos ingresos petroleros en su primer gobierno de 1974 a 1979, por lo cual quedó conocido para la posteridad como el padre de la deuda externa. Nuestro país recibió tantas divisas que llegó al extremo de hablarse de una “Venezuela Saudita”, término usado por el escritor Arturo Uslar Pietri para hacer una similitud de la economía venezolana con la petrodolarizada y multimillonaria economía de Arabia Saudita, actualmente el mayor productor de petróleo del mundo, con una producción estimada en 10.000.000 de barriles diarios.
Las ganancias de la inesperada bonanza petrolera nacional fueron despilfarradas, al punto que el sucesor de Pérez, Luis Herrera Campins, declaró en su toma de posesión en 1979 que recibía “un país hipotecado” y se preguntó “dónde están los reales” de los excedentes petroleros.
Fue tanta la corrupción del primer gobierno de Pérez que estuvo muy cerca de ser enjuiciado por el tristemente célebre caso del barco Sierra Nevada. No obstante, en diciembre de 1988, pero cuando todo parecía indicar que AD perdería las elecciones debido al desastroso gobierno del borracho y la barragana, es decir, de Jaime Lusinchi y Blanca Ibáñez, ganó nuevamente la presidencia, porque a pesar de que sus propios compañeros de partido sabían que era un corrupto, lo lanzaron como candidato presidencial, ya que no tenían a nadie con el carisma y la sagacidad de Pérez para captar mayoritariamente el voto popular, tanto el adeco que era fundamental, como el no adeco.
En febrero de 1989 moviendo sus brazos y manos frenéticamente, en menos de un mes, tomó posesión del cargo, en una ceremonia tan ostentosa en el principal teatro y sala de espectáculos de la país, que fue bautizada como la coronación del Teatro Teresa Carreño.
Unos años antes de que Pérez, ni siquiera fuera el candidato presidencial de Acción Democrática, en 1983, una mujer del pueblo, que trabajaba como secretaria en el Liceo Fermín Toro de Caracas, comentó: ¡ Mire mijo, Carlos Andrés va ser presidente, pero en este país va a ver también una explosión social!. Después de que CAP fuera electo como presidente de la república, José Vicente Rangel afirmo: “….el resultado de estas elecciones constituye la victoria personal de un hombre”.
Un CAP todavía eufórico por un contundente y abultado triunfo en las urnas, dictó un paquete de medidas económicas neoliberales, recetadas por el Fondo Monetario Internacional y elBanco Mundial, conocidas como “El Paquetazo”, que tuvieron como principal cerebro al economista y tecnócrata Miguel Rodríguez, las cuales derivaron en el levantamiento del pueblo hambriento y sin poder adquisitivo contra el régimen opresor, en el llamado “El Caracazo”(27 F).
Esos días del 27 y 28 de Febrero, así como del 1º de Marzo de 1989, el pueblo fue reprimido salvajemente por las fuerzas militares y cuerpos policiales. Los cadáveres se contaban por miles (nunca se ha conocido la cifra real de asesinatos). Los cuerpos sin identificación fueron sepultados en fosas comunes en el Cementerio General del Sur, en el sitio denominado despectivamente “La Peste”, quizá en referencia a quienes murieron, que eran en su mayoría gente pobre del pueblo, sepultada como las vítimas de la terriblemente recordada "Peste Negra" del siglo XIV en denominada Baja Edad Media.
No contento con gobernar para los tecnócratas (se recuerdan sus “Iesa Boys” comandados por Miguel "Paquetico"Rodírguez) y de espaldas al pueblo, Pérez malversó 250 millones de bolívares (17 millones de dólares para la época) de la partida secreta del Ministerio de Relaciones Interiores, caso por el cual la justicia lo condenó a dos años y cuatro meses de prisión pero, como sobrepasaba los 70 años de edad, le fue conferido el beneficio de casa por cárcel.
Con el tiempo, luego de pronunciar la histórica frase de que “hubiese preferido otra muerte” y no como lo hizo, destituido de la Presidencia (pues esperaba, según dijo una vez, “salir en hombros de Miraflores”).
Pérez se fue a vivir a Estados Unidos, donde en no pocas ocasiones, ha conspirado e instado a los factores de la ultraderecha para impulsar la salida del Presidente Chávez del poder por la vía violenta y acabar con el Gobierno Bolivariano, así como con sus grandes conquistas sociales y reivindicaciones para un pueblo, que fue mancillado en más 40 años de saqueos por parte de la rancia oligarquía venezolana en franca comchupancia con una clase política decadente, sumisa al imperialismo estadounidense y a los poderes económicos, en la tenebrosa época de la Democracia Representativa.
Hoy, CAP tiene 88 años y vive en un cómodo apartamento en Miami. Todavía tiene deudas pendientes con la justicia y, de regresar al país, sería capturado inmediatamente para que le de la cara ante el pueblo que engaño, robó y hasta masacró.
Carlos Andrés Pérez ha sido el peor presidente que ha tenido Venezuela y porque es el gran culpable de que nuestra patria no se haya desarrollado en un momento histórico crucial, pese a tener los recursos e ingresos para ello. Prefirió entregar el país a los grandes intereses extranjeros y ser, como reza el refrán popular, el ícono del adequismo que robaba y dejaba robar.
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