LOS ALIMENTOS: ARMA PREDILECTA DE LOS EMPRESARIOS

En los últimos años de democracia participativa y protagónica, se ha evidenciado el juego de los sectores económicos del país, acostumbrados a poner y quitar gobiernos a conveniencia.
No es un secreto para nadie, que previo a cada proceso electoral, comienzan a escasear productos, a aumentar de precios indiscriminadamente. Así, en once años, gracias a estos sectores, los venezolanos tenemos que hacer maromas para poder llevar a casa todos los alimentos.

Esta vez, la estrategia no les ha funcionado debido a la notable conciencia política del pueblo venezolano; Efectivamente, se trata de política, lo ha dicho el presidente de la república, Hugo Chávez en días anteriores: la inflación registrada en los últimos meses tiene origen en intenciones especulativas por razones meramente políticas.

Pero son tan descarados, que salen en sus medios diciendo que no tienen materia prima, que por eso no pueden elaborar los productos, pero los vemos de contrabando en puestos de buhoneros. ¿Cuántas cargas clandestinas contentivas de harina de maíz o azúcar con rumbo a Colombia se han decomisado?

Están acostumbrados a jugar con la necesidad del pueblo venezolano, pero no nos da la gana que lo sigan haciendo.

En este país se destruyó la producción nacional en 40 años de mal llamada democracia, sencillamente porque se abandonó el campo, los pequeños y medianos productores eran asfixiados con créditos impagables, no existía apoyo de ningún tipo. Todo con una sola intención: fortalecer las hegemonías que aun hoy intentan sabotear, la familia Mendoza es un ejemplo claro.
Sin embargo, hoy la situación es otra Mercal y PDVAL son una real alternativa por la calidad y precios de sus productos. Las iniciativas de apoyo a los pequeños y medianos productores a través del FONDAS, creación del Banco Agrícola, entre otros, han venido a impulsar lo que estamos decididos a lograr: la soberanía alimentaria. Desde el año 2003, el Gobierno Nacional ha distribuido más de 10 millones de toneladas de alimentos a todo el pueblo.

Queda entonces desenmascarada la estrategia del empresariado inescrupuloso, según resultados publicados por la encuestadora GIS XXI, 89% de los venezolanos aprueba que el Estado intervenga para garantizar los precios bajos en la canasta básica. Otro 83% no está de acuerdo con que se de libertad a los empresarios para colocar los precios que quieran. Así pues, el pueblo tiene al alcance de sus manos las herramientas. Es por eso que ninguna de sus manipulaciones ha logrado influir en los resultados electorales ni en el tema político. Este año no va a ser la diferencia.