En el gremio periodístico, una olla es una información falsa basada en medias verdades, suposiciones, manipulación y recreación de hechos. Se considera como un ejercicio antiético. El reportaje "Los guardianes de Chávez" realizado por productores españoles y difundido ansiosamente por CNN(CÑM como se le conoce popularmente según siglas atribuidas por el Presidente Chávez en perfecta referencia a su maquiavélica acción), bien podría entrar en esa definición, pero estamos claros, de que sus esfuerzos y objetivos desde hace mucho tiempo están concentrados en la guerra de cuarta generación hacia Venezuela, en la que incluso argumentos tan vacuos son reforzados para causar el efecto deseado en la población, en este caso hacer sensacionalismo con el tema de la inseguridad.
Sin embargo, lo que ha pasado con el reporte sobre violencia política en el país es inaceptable tanto para la sociedad en general como para el periodismo como profesión. En el primer caso, sabemos cuántos insultos, provocaciones y hasta amenazas se han proferido al Presidente Chávez y funcionarios de su gobierno a través de medios de comunicación y nada pasa al respecto. Aquí se hacen marchas todos los meses (escuálidas todas) para protestar por algo contra el Gobierno Revolucionario, y quienes las hacen gozan de permisos y protección policial para ejercer su derecho.
En el caso del ejercicio periodístico, esto que pretende ser un documental carece de pruebas, de argumentos sustentables, no contrasta opiniones de ambos lados, no ofrece la otra cara de la moneda, las apreciaciones de la realidad son sesgadas. Sin embargo todo se cae por su propio peso cuando el narrador dice en el reporte que no vio ni una sola arma mientras grababan el bodrio que muestra a Venezuela como un campo de concentración.
Si las intenciones de éstos productores hubieran sido buenas nos preguntamos ¿Porqué si estuvieron en nuestros barrios no hablaron de la Misión Barrio Adentro, Robinson, Ribas? pues es en esos cerros donde han logrado mayor impacto. Si estuvieron en desfiles de nuestra Fuerza Armada, ¿Porqué no hablaron de la progresiva dignificación de quienes hacen carrera militar? pues antes eran solo el brazo armado del Gobierno de turno para atacar al pueblo, ahora son sujetos de derecho. Y si estuvieron en el campo venezolano, pudieran haber tocado el tema de las leyes de tierra, los créditos y apoyo constante a los campesinos, pequeños y medianos productores. Está claro, su objetivo era el descrédito.
Algunos analistas han señalado que la intención es continuar una estrategia internacional de ataques contra el gobierno de Venezuela, inclusive las relaciones colombo venezolanas, pero es necesario recordar que estamos cerca de unas elecciones que se han intentado saboteadas por diferentes flancos.
El arma que siempre les ha funcionado, los medios de comunicación: es una guerra de cuarta generación con medios cuadrados a estos intereses, por eso desde aquí Globovisión insiste con el tema de PDVAL aunque ya hay imputados y fue el propio Gobierno que denunció las irregularidades. El canal ha montado espectáculos, ollas con alimentos podridos en todo el territorio nacional, se lo atribuyen a la productora de alimentos, pero luego ha quedado en evidencia que proviene de industrias privadas, claro, ellos no desmienten nada.
Periodismo pornográfico es la frase que mejor define estos intentos de vulnerar la moral del Gobierno venezolano. Una de las más recientes es la portada del El NAZIonal el día 13 de agosto con una foto gigantesca del interior de la morgue de Bello Monte con muertos tirados unos encima de otro, incurriendo en violaciones a la ética a la LOPNA y sobre todo falseando información pues quedó demostrado de inmediato que se refería a una imagen del 2006 e intentaron venderla como la imagen actual del lugar.
sábado, 14 de agosto de 2010
PERIODISMO PORNOGRÁFICO: GUERRA DE 4TA GENERACIÓN
La CNN ha protagonizado diversos episodios de información falsa y manipulada acerca de nuestro país, bastante nos hemos indignado al respecto, sin embargo podemos resaltar dos momentos: uno el caso del periodista Otto Neustaldt corresponsal del brazo comunicacional de la CIA en Venezuela durante los acontecimientos de abril del 2002. Neustaldt no sabía que se iba a difundir lo que estaba comentando un foro universitario sobre su experiencia durante la grabación de un pronunciamiento de un grupo de generales repudiando las muertes de venezolanos en el centro de Caracas. El periodista narra que para esa hora no había ocurrido ningún asesinato el once de abril, pero ya ellos sabían todo lo que iba a pasar. No transcurrió mucho tiempo para que CNN lo despidiera.
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