VOLTEAR LA PÁGINA

Una nueva era en las relaciones diplomáticas entre Venezuela y Colombia pudiera comenzar este martes cuando se reúnan los Presidentes Hugo Chávez y Juan Manuel Santos en la Quinta San Pedro Alejandrino, en Santa Marta, sitio donde precisamente murió en 1830 el Libertador Simón Bolívar.

Con la llegada del nuevo mandatario neogranadino y con la disposición del jefe de Estado venezolano de voltear la página en aras de recomponer las relaciones binacionales en todos sus aspectos, la mesa pareciera estar servida para un trato basado en el respeto, sin acusaciones temerarias y sin la diplomacia de micrófonos que tanto daño ha causado. De hecho, en su discurso de toma de posesión, Santos mostró su interés en un diálogo directo para resolver los problemas por encima de cualquier aspecto ideológico mientras que Chávez expresó que quería reunirse con su par colombiano en menos de cuatro días y que si éste no podía viajar a Venezuela por sus múltiples ocupaciones, él viajaría a Bogotá.

Y así será, luego del “mensaje” de Chávez que llevó el Presidente de Brasil, Luiz Inácio “Lula” Da Silva, a Santos; y de la intermediación de Néstor Kirchner, Secretario General de la Unasur, al lograr el primer paso: la reunión entre los cancilleres de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Colombia, María Ángela Holguín, quienes sentaron los puntos de la agenda para el esperado encuentro de los dos mandatarios. Ambos dignatarios están conscientes del grave daño causado por un individuo lleno de odio, Álvaro Uribe. Por eso la mejor disposición de acercar nuevamente a las dos naciones hermanas, pese a las diferencias ideológicas: Colombia seguirá gobernada por factores de derecha mientras Venezuela avanza en la construcción del Socialismo del Siglo XXI y en la integración de los pueblos, máximo sueño de nuestro común Libertador, Simón Bolívar.

Esperaremos y veremos. Por ahora, Santos ha mostrado su cara sonriente, diplomática, de reconciliación y negociación. Pero no hay que olvidar que Colombia sigue siendo el estratégico y vital socio de Estados Unidos en la región con sus siete bases militares. Al estrenarse en la Casa de Nariño, Santos ha escuchado a los empresarios de su país para recomponer las relaciones y beneficiarse del comercio con Venezuela. Se trata, pues, del pragmatismo ideológico en su máxima expresión.