La Revolución Bolivariana tiene a un hombre frontal, decidido, polémico y mediático a la cabeza, el presidente Hugo Rafael Chávez Frías. El barinés, con sus aciertos y desaciertos, llamado cariñosamente por una gran mayoría de sus conciudadanos como “El Comandante”, se ha convertido en un líder de renombre nacional e internacional por la autenticidad de sus posturas, en las que se destacan una defensa aguerrida de los valores del socialismo, de su vigencia y aplicabilidad razonables en los tiempos actuales para contrarrestar los efectos de un capitalismo cada vez más inhumano. Para terminar de pasar rápidamente las páginas de la compleja y carismática personalidad de Chávez, la cual es un acertijo irresoluble para sus adversarios, vale ratificar su condición de venezolano nato, profundo conocedor del país y de su gente, además de una extraordinaria e incuestionable capacidad de trabajo que desborda a algunos de sus principales colaboradores, quienes se han quedado incluso atrás, ante el proceso revolucionario que se vive vertiginosamente en Venezuela.
La denominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que constituye la plataforma partidista de la oposición, es una mezcla heterogénea de partidos y de dirigentes en la que nadie termina de ponerse de acuerdo, lo único que los une es el objetivo ciego de acabar con Chávez y su mandato presidencial. Esta oposición acéfala no tiene un criterio claro, ni siquiera una estrategia mínimamente efectiva para enfrentar la unidad monolítica del (PSUV), que es la fuerza política más organizada del país y en la que cada militante trabaja sistemáticamente en diferentes escenarios sociales para defender, difundir, sustentar y profundizar el proceso revolucionario liderado por el Comandante de la Revolución Bolivariana, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela y Presidente del PSUV.
miércoles, 8 de septiembre de 2010
OPOSICIONISMO ACÉFALO
Ahora bien, frente a un líder de masas que deja una estela de euforia colectiva por donde pasa, ¿cuál es el líder de la oposición?. La respuesta es más que obvia, simplemente no existe. No se vislumbra, por lo menos en el momento presente, ninguna contrafigura capaz de hacerle frente al barinés. Los pocos dirigentes, sobretodo de carácter local o regional, que en contados casos, comienzan apenas a destacarse por su trabajo, o incluso, sólo por la circunstancia de oponerse radicalmente a Chávez, están muy lejos de llegar al liderazgo del primer mandatario nacional.
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