El Gobierno Bolivariano debe diseñar una estrategia coherente en materia comunicacional de largo plazo para captar nuevos seguidores de la Revolución, fundamentalmente en la clase media que es la más favorecida con las políticas gubernamentales y la que mucho discrepa del mismo gobierno, lo cual se ha manifestado (y cada vez se hace más palpable) en los últimos procesos comiciales, desde 2007 (con motivo del referendo por la reforma constitucional) hasta el 26 de septiembre de 2010 (elecciones parlamentarias). En esta estrategia comunicacional, la radio juega un rol vital, extremadamente importante.
De todos los medios, la radio es el de mayor penetración, el más económico y el más fácil de llevar a todas partes, incluso en el teléfono celular. Una de sus ventajas es la inmediatez y la interacción que brinda a sus oyentes, que han pasado de ser receptores pasivos a pro-receptores; es decir, que reciben pero también generan información.
Venezuela se debate entre dos modelos: el socialista, representado por el gobierno y la mayoría del pueblo que desea una patria independiente y generadora de sus propios recursos y tecnología; y el sistema capitalista, defendido por la clase burguesa y por otra gran porción de venezolanos, muchos de los cuales están confundidos porque el mensaje difundido por el Gobierno no les llega y, por tanto, han sido flancos fáciles de los mensajes de las clases económicas dominantes y sus medios de comunicación, puestos al servicio de sus intereses particulares. Mucho se ha hablado de que la radio está dominada por la oposición con sus grandes circuitos nacionales, con acérrimas críticas a cada minuto a la gestión presidencial y gubernamental, pero ¿qué hace el Ejecutivo para contrarrestar esta situación y revertirla?.
Al igual que planteamos en el artículo “3R² en la televisión pública” la estrategia es llevarle al público programas de alta calidad y sintonía. Las radios estatales se han convertido en peroratas 24 horas al día y generan un efecto per contra para que nuevos adeptos se sumen al proceso revolucionario. Las escuchan los chavistas duros, los convencidos, los que siempre votan rojo, ¿pero y los otros potenciales oyentes, fundamentalmente los nuevos votantes?.
Las emisoras públicas líderes son, sin duda alguna, YVKE Mundial y la Radio Nacional de Venezuela, en su canal 630 AM. Combinan música y noticias positivas del Gobierno y critican con vehemencia a la oposición apátrida y golpista. La primera está orientada hacia un público popular y la segunda apunta tanto a ese segmento como también a la clase media. No obstante, los programas de opinión deberían aderezarse con más música para que sea más ameno para los oyentes, aunque entendemos el común denominador de que en AM la tendencia es a hablar más y poner menos música.
Caso contrario pasa en la banda de frecuencia modulada o FM, que está concebida, por su calidad de sonido estereofónico, para llevar más música sin descuidar el aspecto informativo. Las radios públicas más noveles, como AN Radio 102.3; RNV Activa 103.9 y Alba Ciudad 96.3 hacen loables esfuerzos que deben ser orientados a segmentar la audiencia Hay que recordar que una buena selección musical, dándole cabida a lo comercial y también a los talentos emergentes, combinados (insistimos) con noticias positivas de la Revolución hace que el mensaje llegue a una mayor cantidad de oyentes. En otras palabras, más música y menos hablar, como es la estrategia de emisoras exitosas como la FM 103.3 de Caracas.
Si estas recomendaciones fueran tomadas en cuenta, indudablemente muchas más personas estarían enteradas de las obras del Gobierno y con ello irían más convencidas a sufragar en los distintos procesos comiciales. El hecho de que las radios y televisoras públicas incrementen su sintonía incide también en el número de votantes a favor del proceso, pues el mensaje llega sin distorsiones a los perceptores.
lunes, 18 de octubre de 2010
3R² EN LA RADIO PÚBLICA
El Ejecutivo nacional, primordialmente el Presidente de la República, debe entender que el Ministro de Comunicación no es la persona que debe estar pendiente de si falló o no un micrófono en un acto (para ello debe delegar esta responsabilidad en un equipo humano altamente responsable y comprometido con la Revolución). El titular del Minci debe ser un profesional capaz de articular todos los medios del Estado (radio, prensa, televisión y los medios digitales) en una estrategia comunicacional que esté en función de un macro objetivo que es difundir los logros de la Revolución y contrarrestar los ataques opositores pero pensando en que el mensaje llegue a un alto nivel de receptores; en otras palabras, tener medios públicos que compitan con los medios privados manteniendo su filosofía socialista.
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