En la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) soplan los más modernos tiempos de cambio para consolidar las democracias de los países progresistas y cerrar filas en contra de la bota norteña imperialista que aúpa golpes de Estado, legitimados por la cada vez más decadente Organización de Estados Americanos (OEA).
La Unasur, propuesta exitosa e integracionista del Presidente Hugo Chávez Frías, es una respuesta contundente al cascarón vacío que dirige hoy el chileno José Miguel Insulza, sucesor del también tristemente célebre ex secretario general, César Gaviria Trujillo, ex mandatario de Colombia, quien le hizo el juego a las fuerzas golpistas venezolanas en 2002 y 2003 que intentaron por todos los medios posibles, dar al traste con la Revolución Bolivariana.
Derrotadas las aventuras golpistas en Venezuela, Bolivia y, más recientemente en Ecuador, las naciones emergentes del continente, con el mayoritario común denominador de tener mandatarios alineados con políticas de izquierda, han hecho de la Unasur una fuerza monolítica que, en su corta vida, ha resultado ser coherente y rápida en la solución de los graves problemas que le ha tocado enfrentar.
Así, pues, uno de los éxitos de esta alianza, que nació en Brasilia el 23 de mayo de 2008, ha sido actuar en conjunto para condenar la asonada golpista y el intento de magnicidio contra el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, e intervenir para el restablecimiento pleno de las relaciones binacionales entre Venezuela y Colombia, una vez llegó Juan Manuel Santos al poder en la Casa de Nariño de Bogotá.
Unasur es una realidad y avanza por toda Suramérica y su meta será consolidar una OEA sin Estados Unidos, ente que podría nacer definitivamente el año entrante en Caracas. Ya el organismo acaba de sumar a otro país de habla no española, Guyana, y lo hizo en la propia capital de este país, Georgetown.
Al respecto, el periodista Eleazar Díaz Rangel, director del diario Últimas Noticias, escribió en su página del citado periódico (28/11/10) que la IV Cumbre de Unasur realizada en Guyana “es igualmente una respuesta a la reunión de la ultraderecha en el Capitolio, sede del Congreso de EEUU, promovida por su Cámara de Representantes, que debe leerse como un peligroso punto de partida para intentos desestabilizadores contra gobiernos del Alba, y particularmente contra Venezuela”, país al que “ve como mayor peligro para su influencia en la región”. Hay que recordar que desde Washington disparó sus cañones antipatriotas, el prófugo de la justicia, Guillermo Zuloaga, dueño de la empresa privada Globovisión, en amistosa confabulación con la CIA, para propiciar una posible intervención militar gringa en nuestro sagrado suelo patrio.
Estados Unidos no quiere que merme su hegemonía como el imperio más grande y poderoso que jamás haya existido en la historia del planeta y menos en la que considera, despectivamente, su patio trasero: América Latina. Unasur es la unión de varios países para enfrentar el abuso de los poderosos contra los débiles.
Sus principios son altruistas: “construir, de manera participativa y consensuada, un espacio de integración y unión en lo cultural, social, económico y político entre sus pueblos, otorgando prioridad al diálogo político, las políticas sociales, la educación, la energía, la infraestructura, el financiamiento y el medio ambiente, entre otros, con miras a eliminar la desigualdad socioeconómica, lograr la inclusión social y la participación ciudadana, fortalecer la democracia y reducir las asimetrías en el marco del fortalecimiento de la soberanía e independencia de los Estados”. (http://www.pptunasur.com/downloads/tratado-constitutivo-UNASUR.pdf).
De acuerdo con sus postulados, “este nuevo modelo de integración incluirá todos los logros y lo avanzado por los procesos del Mercosur y la Comunidad Andina, así como la experiencia de Chile, Guyana y Suriname. El objetivo último es y será favorecer un desarrollo más equitativo, armónico e integral de América del Sur”. (http://www.comunidadandina.org/sudamerica.htm).
Con la consolidación de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y el desplazamiento de la OEA del escenario internacional, hoy día los mandatarios progresistas cumplen el ideal de nuestro Padre Libertador Simón Bolívar: “La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino”.
Derrotadas las aventuras golpistas en Venezuela, Bolivia y, más recientemente en Ecuador, las naciones emergentes del continente, con el mayoritario común denominador de tener mandatarios alineados con políticas de izquierda, han hecho de la Unasur una fuerza monolítica que, en su corta vida, ha resultado ser coherente y rápida en la solución de los graves problemas que le ha tocado enfrentar.
Así, pues, uno de los éxitos de esta alianza, que nació en Brasilia el 23 de mayo de 2008, ha sido actuar en conjunto para condenar la asonada golpista y el intento de magnicidio contra el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, e intervenir para el restablecimiento pleno de las relaciones binacionales entre Venezuela y Colombia, una vez llegó Juan Manuel Santos al poder en la Casa de Nariño de Bogotá.
Unasur es una realidad y avanza por toda Suramérica y su meta será consolidar una OEA sin Estados Unidos, ente que podría nacer definitivamente el año entrante en Caracas. Ya el organismo acaba de sumar a otro país de habla no española, Guyana, y lo hizo en la propia capital de este país, Georgetown.
Al respecto, el periodista Eleazar Díaz Rangel, director del diario Últimas Noticias, escribió en su página del citado periódico (28/11/10) que la IV Cumbre de Unasur realizada en Guyana “es igualmente una respuesta a la reunión de la ultraderecha en el Capitolio, sede del Congreso de EEUU, promovida por su Cámara de Representantes, que debe leerse como un peligroso punto de partida para intentos desestabilizadores contra gobiernos del Alba, y particularmente contra Venezuela”, país al que “ve como mayor peligro para su influencia en la región”. Hay que recordar que desde Washington disparó sus cañones antipatriotas, el prófugo de la justicia, Guillermo Zuloaga, dueño de la empresa privada Globovisión, en amistosa confabulación con la CIA, para propiciar una posible intervención militar gringa en nuestro sagrado suelo patrio.
Estados Unidos no quiere que merme su hegemonía como el imperio más grande y poderoso que jamás haya existido en la historia del planeta y menos en la que considera, despectivamente, su patio trasero: América Latina. Unasur es la unión de varios países para enfrentar el abuso de los poderosos contra los débiles.
Sus principios son altruistas: “construir, de manera participativa y consensuada, un espacio de integración y unión en lo cultural, social, económico y político entre sus pueblos, otorgando prioridad al diálogo político, las políticas sociales, la educación, la energía, la infraestructura, el financiamiento y el medio ambiente, entre otros, con miras a eliminar la desigualdad socioeconómica, lograr la inclusión social y la participación ciudadana, fortalecer la democracia y reducir las asimetrías en el marco del fortalecimiento de la soberanía e independencia de los Estados”. (http://www.pptunasur.com/downloads/tratado-constitutivo-UNASUR.pdf).
De acuerdo con sus postulados, “este nuevo modelo de integración incluirá todos los logros y lo avanzado por los procesos del Mercosur y la Comunidad Andina, así como la experiencia de Chile, Guyana y Suriname. El objetivo último es y será favorecer un desarrollo más equitativo, armónico e integral de América del Sur”. (http://www.comunidadandina.org/sudamerica.htm).
Con la consolidación de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y el desplazamiento de la OEA del escenario internacional, hoy día los mandatarios progresistas cumplen el ideal de nuestro Padre Libertador Simón Bolívar: “La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino”.
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