jueves, 2 de diciembre de 2010

WIKILEAKS

Wikileaks se ha convertido en un auténtico dolor de cabeza para el gobierno de Estados Unidos, pues ha dejado al descubierto las miles de artimañas y la forma grosera de cómo el imperio ha manejado sus relaciones diplomáticas en el mundo.

Julian Assange, fundador y director de esta organización no gubernamental con sede en Suecia y quien se atrevió a publicar más de 250 mil cables que dejaron al desnudo la soez diplomacia gringa, ahora es buscado hasta debajo de las piedras para acusarlo por la supuesta comisión de delitos sexuales, más que por haber difundido los mensajes que se consideraban secretos por el Departamento de Estado de EEUU.

Wikileaks, que significa en español Wiki-Fugas o Wiki-Filtraciones, es una ONG que cuenta con una página web que publica informes y documentos, en gran medida valederos y verificados, cuyos contenidos afectan sobretodo a organizaciones religiosas, corporativas o gubernamentales. Funciona como “wiki”; es decir, usuarios registrados pueden crear, modificar y hasta borrar información para el sitio. Un “wiki” (como la famosa página Wikipedia) permite que se escriban artículos colectivamente mediante la forma de co-autoría.

Wikileaks, creada en 2006, tiene como misión desenmascarar las conductas poco éticas de empresas o gobiernos en todo el mundo, tal como ocurrió con Estados Unidos, que irrespetó a muchos jefes de Estado y de Gobierno como a los rusos Dmitri Medvédev y Vladimir Putin, al iraní Mahmud Ahmadinejad, al español José Luis Rodríguez Zapatero, al venezolano Hugo Chávez y a la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, entre otros reconocidos gobernantes.

Detrás de Wikileaks se encuentra el colectivo anónimo The Sunshine Press, en el que desde sus inicios participan ciberdisidentes chinos, matemáticos y técnicos informáticos procedentes de Estados Unidos, Taiwán, Europa, Australia y Sudáfrica, y su junta de asesores incluye a expatriados refugiados rusos y tibetanos, periodistas, criptógrafos e, incluso, un antiguo analista de la CIA.

Antes del 28 de noviembre de 2010, día en que tembló mundialmente la diplomacia del imperialismo estadounidense, Wikileaks publicó un video, el pasado 5 de abril de este mismo año, en el que se ve como soldados gringos asesinan al reportero de Reuters, Namir Noor-Eldeen, a su ayudante y a nueve personas más. Se ve claramente que nadie de los presentes hacía amagos de atacar al helicóptero Apache desde el que se les dispara, ni siquiera lo miran. Reuters solicitó este video innumerables veces pero fue Wikileaks que lo consiguió y colocó en su página, revelando las marramucias cometidas por los militares estadounidenses.

Cabe enfatizar que como medida de protección, Wikileaks subió a su web un archivo cifrado denominado Insurance file (archivo seguro). Se especula que se trataría de una filtración de datos cuya contraseña se haría pública en caso de que Wikileaks sufriera algún ataque grave, como la detención de su hoy fugitivo director, Julian Assange.

La estrategia del alto gobierno de Estados Unidos para tratar de ocultar por todos los medios posibles la información puesta al descubierto en los documentos publicados por el sitio web wikileaks, es una evidente demostración de la vergonzosa situación en que ha quedado el Departamento de Estado del país norteamericano (United States Department of State) por el denominado “cablegate”.

Las llamadas telefónicas a los gobernantes vilipendiados, las presiones de parlamentarios estadounidenses sobre portales como amazon.com para que no siguiera publicando información de wikileaks e incluso sus injustificables argumentaciones para la eliminación definitiva del site y la criminalización de su actual director, el australiano Julian Assange, no han sido suficientes para esconder la decadente hegemonía imperial de EEUU en el planeta.

La expectativa creciente ante las publicaciones progresivas de documentos(más de 250 mil) se mantiene pero va mermando progresivamente, por el natural desgaste de la noticia y porque habida cuenta de todas las operaciones de invasión, sabotaje, guerra sucia, desestabilización, golpes de estado, masacres, asesinato de periodistas y crímenes de lessa humanidad en los que se ha visto directa e indirectamente involucrado Estados Unidos, ponen en evidencia verdades que ya no sorprenden a nadie.

A raiz de las wikifiltraciones "[....la vocera de la embajada de Estados Unidos en Argentina, Shannon Farrell, había negado que los diplomáticos de su país fueran espías, aunque admitió la "incomodidad" que produjo la filtración de los documentos por WikiLeaks.

No somos espías. No hacemos espionaje. Recabamos información. El hecho de que lo hagamos en privado no implica que seamos espías", dijo Farrell a la radio El Mundo]". (Clarín.com, 02/12/10)

La instantaneidad con se difunde una información por la Internet también magnifica el acceso a documentos secretos y alimenta cada vez que esta situación se presenta el “boom informativo”, por lo tanto, los gringos van a tratar de interrumpir el flujo de informaciones que afectan su ética como nación y hasta como pueblo, porque muestran la desvalorización que tiene Estados Unidos sobre las demás naciones de la tierra y su ego de potencia ultradominante, que está por encima del respeto que se debe a todos los países de un mundo, en el que diplomáticamente, perdón hipócritamente, el país del Tío Sam habla de paz, justicia y confraternidad.

Al parecer estamos frente a una guerra para la cual la cúpula del poder gringa no está preparada, ellos que se han erigido a través de décadas como los maestros del espionaje mundial, ahora no pueden evitar ser reconocidos como espías, de hecho están siendo espiados con métodos de su propia autoría en lo que constituye no sólo una filtración de información, que ya es sumamente grave para su estatus de superpotencia, sino una muestra de lo vulnerables que pueden ser sus sistemas de protección y migración de datos.

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