sábado, 22 de enero de 2011

LA GLORIFICACIÓN DE UN DICTADOR

El orden, la paz sustentada en una represión sangrienta, el progreso justificado en grandes obras de infraestructura, el eficaz funcionamiento de los servicios públicos, una economía floreciente, un verdadero bolívar fuerte cuyo valor de cambio con respecto al dólar estadounidense era de 3,30 unidades monetarias, son algunos de los rasgos que distinguieron al régimen de Marcos Pérez Jiménez.

La de Pérez Jiménez era una dictadura típica de la extrema derecha, con el clásico apoyo de USA, un general del ejército en la presidencia de un país latinoamericano y subdesarrollado, buen socio de la burguesía, mujeriego, bonchón y corrupto, pero altamente eficiente en el ejercicio de sus funciones administrativas, además de ser uno de “esos que roban y dejan robar”.

En la memoria colectiva del país están bien guardadas a pesar del inexorable paso de los años, algunas frases emblemáticas de los nostálgicos del perejimenismo: ¡ a quien no se metía en política no le pasaba nada!, ¡se dormía con las puertas abiertas!, ¡había orden!.......

El gobierno del general como le llamaban afectuosamente sus seguidores, comenzó formalmente en 1953, aunque Pérez Jiménez ya había estado ligado al poder en base al azar, el oportunismo, la intriga y la sagacidad, desde 1945.

El 18 de octubre de 1945 con rango de mayor forma parte de la Junta de Gobierno que derrocó al que se considera hasta el presente, el mandatario más democrático del siglo veinte en el país, el general Isaías Medina Angarita.

El 24 de noviembre de 1948 participa como teniente coronel en el golpe de estado contra, el novelista Rómulo Gallegos, el primer presidente electo en Venezuela por voto directo y secreto, con la más mayoritaria participación popular en un proceso electoral hasta entonces. Posteriormente integra la Junta Militar que remplaza a Gallegos, conjuntamente con el teniente coronel Luis Llovera Páez y el teniente coronel Carlos Delgado Chalbaud, la cual es presidida por este último. Fue el famoso triunvirato conocido como "los tres cochinitos", en alusión a una marca de manteca de cochino y a la condición física de estos tres militares.

En 1950 el coronel Carlos Delgado Chalbaud quien era el posible candidato de consenso en las elecciones libres que serían convocadas próximamente, aparecia como un claro favorito para ocupar la primera magistratura de la nación . Pérez Jiménez quien ya venía manejando los hilos de la traición en su vertiginosa escalada hacia el poder y figuraba como el más peligroso conspirador, se convirtió inmediatamente en el principal sospechoso de la autoría intelectual del magnicidio, una sospecha de la que nunca pudo deslastrarse.

Después de la muerte de Delgado Chalbaud, El Dr. Germán Suárez Flamerich es designado presidente de una Junta de Gobierno que sustituye a la anterior, la cual tenía entre sus atribuciones convocar a elecciones y así lo hizo, el 30 de noviembre de 1952. En los comicios participaron los partidos FEI(Frente Electoral Independiente), URD(Unión Republicana Democrática) y el Partido Social Cristiano COPEI; ya que AD(Acción Democrática) y el PCV(Partido Comunista de Venezuela), se encontraban inhabilitados.

El 2 de diciembre de 1952, el coronel Marcos Pérez Jiménez es designado como presidente provisional por una Asamblea Constituyente, cuando él y su partido, FEI, desconocen la victoria de URD(Unión Republicana Democrática) en las elecciones presidenciales. Finalmente Pérez Jiménez alcanza su anhelado objetivo, cuando es proclamado como presidente constitucional de la nación para el periodo 1953-1958, con el apoyo del alto mando militar.

Marcos Pérez Jiménez llega a la presidencia del país como General de División del ejército. Un nacionalismo militarista heredado de sus tiempos de cadete, definiría para siempre la línea política de su régimen. Su proyecto de nación fue establecido en el llamado "Nuevo Ideal Nacional" destinado a sobreexaltar y afianzar los valores de la venezolanidad. Una de las primeras disposiciones que tomó fue cambiar el nombre oficial de la nación, sustituyendo el que tenía desde 1864, Estados Unidos de Venezuela por República de Venezuela.

El general se dedicó
a impulsar la transformación del entorno urbano de Caracas y modernizar el resto del país, las principales avenidas de la capital o casi todas para decirlo mejor, son una herencia de la época perejimenista. Entre las obras de su gestión gubernamental se destacan todavía hoy: el Centro "Simón Bolívar" con los edificios más altos de Latinoamérica, para el momento, las Torres del Silencio, la Ciudad Universitaria que alberga a la UCV, por cuyo esplendor arquitectónico sería declarada patrimonio de la humanidad, la Autopista Caracas-La Guaira, el distribuidor "El Pulpo" y El Puente sobre el Lago de Maracaibo. El catálogo de las mismas es tan grande que nos robaría el espacio destinado a estas líneas, resulta difícil comprender como fueron hechas en tan poco tiempo, ni los gobiernos de la IV república, ni la naciente Revolución Bolivariana juntos superan su legado.

El despotismo y el autoritarismo del dictador empañaban sin embargo, su estraordinaria política de "concreto armado" era un rumbero empedernido que asistía a los grandes bailes que se organizaban con las orquestas más prestigiosas del país sobre todo la "Billo's Caracas Boys", le encantaban las muchachas, hasta el punto de que llegó a organizar grandes orgías conjuntamente con sus mas cercanos colaboradores en la isla de la Orchila, en donde perseguía a jovencitas desnudas conduciendo una motocicleta, tuvo una buena cantidad de casos extramatrimoniales, incluso luego de ser derrocado.

Pérez Jiménez como todo buen dictador "a la latinoamericana", creo un cuerpo represivo, para sostenerse en el poder, la Seguridad Nacional(SN), cuya dirección estaría a cargo de un personaje sombrío e influyente, Pedro Estrada.

Pedro Estrada fue el auténtico lugarteniente de Pérez Jiménez, bajo sus metódicas y rigurosas órdenes, la Seguridad Nacional(SN) no tardó mucho tiempo en convertir al país en un estado policial, NO HABÍA PROBLEMAS DE INSEGURIDAD, pero tampoco había libertad de prensa, se estableció una censura total sobre los medios de comunicación, no estaba permitida la constitución de sindicatos, miles de venezolanos fueron perseguidos, secuestrados, detenidos, torturados y asesinados aún estando fuera del país. El terrorismo de estado llegó a niveles realmente vergonzosos, ni la oficialidad del ejército escapó al sofisticado aparato represivo, pero la oposición a la dictadura tuvo un rasgo altamente positivo se mantuvo unida y firme por encima de las diferencias ideológicas.

Los partidos AD, PCV, COPEI y URD actuaron clandestinamente en Venezuela y en el exterior, se creó la Junta Patriótica presidida secretamente por el periodista Fabricio Ojeda, un movimiento cívico militar, determinante para la caída de Pé
rez Jiménez el 23 de enero de 1958, lamentablemente la instauración de la democracia representativa después del fin de la dictadura sólo traería a la nación una serie de gobiernos ineficaces y corruptos, durante casi cincuenta años, amparados en una represión solapada igual o superior en muchos casos a la perejimenista. El propio Fabricio Ojeda fue victima de esta mal llamada democracia, cuando ya en funciones de líder guerrillero, es detenido y sometido a torturas que le habrían causado la muerte en la sede del SIFA(Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Amadas), el 21 de junio de 1966, aunque la versión oficial de su fallecimiento fue suicidio por ahorcamiento.


La incesante lucha de la Revolución Bolivariana continúa, tratando en medio de duros ataques, dificultades y contradicciones, resolver los multiples problemas heredados del tristemente celebre periodo de la guanabana(bipartidismo AD-COPEI), especialmente la pobreza , la delincuencia y la corrupción, sin que el país todavía logre emrumbarse por la senda de la paz y el progreso, a pesar de los logros sociales alcanzados en la presidencia de quien indiscutiblemente es el máximo líder de la nación, Hugo Rafael Chávez Frías.


Muchos analistas coinciden en afirmar que la glorificación de los dictadores como Marcos Pérez Jimenez, se debe a que los regímenes que los suceden aún siendo verdaderamente democráticos, no llenan en términos absolutos, las expectativas del pueblo, que aspira a tener gobiernos que garanticen "...la mayor suma de felicidad posible..."(como dijo el Libertador). Sin embargo, la implantación de un nuevo proyecto de nación, siempre acarrea grandes obtáculos, lo más complejo es conseguir un cambio de mentalidad en los ciudadanos, sin lo cual el camino hacia la prosperidad de las naciones se torna casi imposible."Por ahora", queda mucho por andar para concretar los supremos objetivos de igualdad, bienestar social y de justicia que se ha planteado la Revolución Bolivariana, esperemos que la AUTOCRITICA y la acertada gestión de los colaboradores del presidente Chávez, acorten el camino hacia las realizaciones concretas que la patria requiere con urgencia.

Los que sufrieron o fueron testigos de excepción de la represión de la dictadura perejimenista y han vivido en los periodos de democracia representativa, así como de la democracia participativa(Revolución Bolivariana), tendrán una visión más clara sobre las marchas y recontramarchas de la Venezuela contemporánea en la búsqueda de su destino, pero estamos seguros que ningún compatriota pensante querrá ver al país hundido nuevamente en el abismo de una dictadura militar sanguinaria y opresiva.


El 20 de enero de 2001 murió de un infarto en su opulenta residencia de Madrid, Marcos Pérez Jiménez, después de masacrar imponemente a su pueblo. Así se puso fin al exilio dorado del dictador en España, financiado con un patriotico y millonario saqueo a las arcas de la nación venezolana.









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