Es urgente que la oposición reflexione sobre sus críticas y tácticas dilatorias a lo que propone el pueblo a través de los diputados peseuvistas y aliados en la Asamblea Nacional.
“Es tiempo de que quienes adversen al presidente Chávez bajen el tono de lo que opinan”, señaló Celina Conopoy, vocera del Consejo Federal de Gobierno.
Los oposicionistas han declarado que sus acciones se deben a que el Ejecutivo Nacional promueve la intolerancia política, lo que han denunciado en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, situación que ha negado Venezuela por intermedio de su agente de derechos humanos.
Ante esta instancia jurídica los representantes de la nación han sido bastante enfáticos al resaltar que esta corte sólo se ha limitado a evaluar pruebas que no son fidedignas para realizar informes y que evidentemente sus miembros desconocen la realidad del país.
Los diputados de la oposición en la Asamblea Nacional lo que deberían hacer es guiarse por lo manifestado por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien ha repetido en declaraciones a la prensa y al referirse a los parlamentarios de su nación que lo más importante es que prevalezca el diálogo. Lo mismo opina el primer mandatario nacional, Hugo Rafael Chávez Frías, y así se lo hizo saber a los parlamentarios de la MUD, el PPT y a Venezuela en general en cadena nacional de radio y televisión el 15 de enero de 2010, día de la presentación de su memoria y cuenta de la gestión cumplida durante 2010.
Un ejemplo de intolerancia política es que la oposición no quiere discutir esta memoria y cuenta, frente a esta circunstancia en la sesión ordinaria del hemiciclo de este jueves el diputado Carlos Escarrá dijo que esto está sucediendo, además, por que los oposicionistas no pueden debatir algo que no entienden. “Éstos siempre han defendido los intereses de sectores privilegiados que por años han vivido a costa del bienestar del pueblo venezolano”, precisó.
El país rechaza que vuelvan a ocurrir situaciones como la del asesinato del fiscal Danilo Anderson, sucedida el 18 de noviembre de 2004. Este crimen fue un termómetro a la intolerancia porque midió grados de exaltación política, económica y religiosa.
Los parlamentarios oposicionistas deben tener bien claro lo expresado por el Libertador Simón Bolívar, “La justicia es la reina de todas las virtudes”. Si no hay un respecto sagrado por la patria, por las leyes y el gobierno nacional, la sociedad es una confusión, un abismo.
Los oposicionistas, tienen que entender definitivamente, que lo normal en una democracia es ir a elecciones, medirse, ganar o perder y debatir leyes en la Asamblea Nacional sin entorpecer la redacción y aprobación de las que favorecen al pueblo.
Mientras esta oposición continúe así la popularidad del presidente Chávez será cada día mayor, porque durante el tiempo que tiene mandando, no ha logrado diseñar una propuesta de gobierno que atraiga la atención del pueblo, tampoco cuentan con ni siquiera una persona que pueda ejercer un liderazgo nacional que medio compita con Chávez.
Durante el debate sobre el discurso de Memoria y Cuenta del Jefe de Estado Venezolano la confrontación entre los dos bloques parlamentarios opuestos, llegó a su punto máximo el 21 de enero, cuando el diputado del partido Primero Justicia, Julio Borges perdió la compostura por una denuncia del diputado del PSUV Diosdado Cabello, según la cual Borges habría recibido cheques por altas sumas de dinero de PDVSA, para la referida organización. Luego de interrumpir la exposición de Cabello y que le fuera negada una intervención para defenderse por la citada denuncia, Borges se colocó de una manera desafiante delante del Presidente de la Asamblea Nacional, Fernando Soto Rojas y casi le toca la cara en un violento ademán con un movimiento incesante de manos. Después de que Soto lo mandara a callar y a retirarse a su lugar, seguidamente intervinieron parlamentarios de la oposición y del PSUV, para calmar los ánimos. Posteriormente le fue concedido el derecho a replica al diputado Julio Borges en una demostración de paciencia y conciliación de todos sus colegas, incluyendo al irrespetado Fernando Soto Rojas.
Es importante destacar que el responsable de la violencia generada en el hemiciclo fue un diputado de la oposición, lo cual sirve para romper definitivamente con la matriz de opinión de que los parlamentarios pseuvistas son los camorreros del foro legislativo . Así mismo, no deben repetirse este tipo de situaciones bochornosas, porque atentan contra el civismo que debe imperar en el Capitolio Federal, honorable recinto de la Asamblea Nacional.
Los diputados de la oposición en la Asamblea Nacional lo que deberían hacer es guiarse por lo manifestado por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien ha repetido en declaraciones a la prensa y al referirse a los parlamentarios de su nación que lo más importante es que prevalezca el diálogo. Lo mismo opina el primer mandatario nacional, Hugo Rafael Chávez Frías, y así se lo hizo saber a los parlamentarios de la MUD, el PPT y a Venezuela en general en cadena nacional de radio y televisión el 15 de enero de 2010, día de la presentación de su memoria y cuenta de la gestión cumplida durante 2010.
Un ejemplo de intolerancia política es que la oposición no quiere discutir esta memoria y cuenta, frente a esta circunstancia en la sesión ordinaria del hemiciclo de este jueves el diputado Carlos Escarrá dijo que esto está sucediendo, además, por que los oposicionistas no pueden debatir algo que no entienden. “Éstos siempre han defendido los intereses de sectores privilegiados que por años han vivido a costa del bienestar del pueblo venezolano”, precisó.
El país rechaza que vuelvan a ocurrir situaciones como la del asesinato del fiscal Danilo Anderson, sucedida el 18 de noviembre de 2004. Este crimen fue un termómetro a la intolerancia porque midió grados de exaltación política, económica y religiosa.
Los parlamentarios oposicionistas deben tener bien claro lo expresado por el Libertador Simón Bolívar, “La justicia es la reina de todas las virtudes”. Si no hay un respecto sagrado por la patria, por las leyes y el gobierno nacional, la sociedad es una confusión, un abismo.
Los oposicionistas, tienen que entender definitivamente, que lo normal en una democracia es ir a elecciones, medirse, ganar o perder y debatir leyes en la Asamblea Nacional sin entorpecer la redacción y aprobación de las que favorecen al pueblo.
Mientras esta oposición continúe así la popularidad del presidente Chávez será cada día mayor, porque durante el tiempo que tiene mandando, no ha logrado diseñar una propuesta de gobierno que atraiga la atención del pueblo, tampoco cuentan con ni siquiera una persona que pueda ejercer un liderazgo nacional que medio compita con Chávez.
Durante el debate sobre el discurso de Memoria y Cuenta del Jefe de Estado Venezolano la confrontación entre los dos bloques parlamentarios opuestos, llegó a su punto máximo el 21 de enero, cuando el diputado del partido Primero Justicia, Julio Borges perdió la compostura por una denuncia del diputado del PSUV Diosdado Cabello, según la cual Borges habría recibido cheques por altas sumas de dinero de PDVSA, para la referida organización. Luego de interrumpir la exposición de Cabello y que le fuera negada una intervención para defenderse por la citada denuncia, Borges se colocó de una manera desafiante delante del Presidente de la Asamblea Nacional, Fernando Soto Rojas y casi le toca la cara en un violento ademán con un movimiento incesante de manos. Después de que Soto lo mandara a callar y a retirarse a su lugar, seguidamente intervinieron parlamentarios de la oposición y del PSUV, para calmar los ánimos. Posteriormente le fue concedido el derecho a replica al diputado Julio Borges en una demostración de paciencia y conciliación de todos sus colegas, incluyendo al irrespetado Fernando Soto Rojas.
Es importante destacar que el responsable de la violencia generada en el hemiciclo fue un diputado de la oposición, lo cual sirve para romper definitivamente con la matriz de opinión de que los parlamentarios pseuvistas son los camorreros del foro legislativo . Así mismo, no deben repetirse este tipo de situaciones bochornosas, porque atentan contra el civismo que debe imperar en el Capitolio Federal, honorable recinto de la Asamblea Nacional.
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