" La última dictadura que cayó en Venezuela no fue la del general Marcos Pérez Jiménez sino la del Pacto de Punto Fijo….”. Así, de forma contundente, se expresó el Presidente Hugo Chávez, al recordar que la gesta que libró el pueblo, el histórico 23 de Enero de 1958, fue traicionada el 31 de octubre de ese mismo año cuando los líderes de los entonces tres poderosos partidos políticos (Acción Democrática, Copei y Unión Republicana Democrática), se repartieron el poder por los sucesivos 40 años de la pseudo democracia representativa.
Fueron cuatro largas décadas en las que adecos, copeyanos y sus derivados (los partidos que surgieron después y les dieron apoyo), saquearon las riquezas del país y lo condenaron al atraso y al endeudamiento mientras fomentaron una aberrante corrupción que enriqueció a los politiqueros y a la clase social dominante (la burguesía), que impedía la educación y formación del pueblo para evitar que tomara conciencia política y reclamara sus derechos.
El llamado “Pacto” fue firmado por Rómulo Betancourt, Raúl Leoni y Gonzalo Barrios, en representación de Acción Democrática; Jóvito Villalba, Ignacio Luis Arcaya y Manuel Rivas, por URD; y Lorenzo Fernández, Pedro Del Corral y Rafael Caldera, por Copei, en la lujosa residencia de éste último, llamada “Punto Fijo”, ubicada en Caracas. El citado triunvirato de partidos, dejó fuera de cualquier participación al Partido Comunista de Venezuela, que también luchó intensamente contra la dictadura perezjimenista, y los alegatos fueron la animadversión de Betancourt, el derechista Copei y la jerarquía de la Iglesia Católica.
Al poco tiempo de instaurarse el bipartidismo AD – Copei (o “la guanábana”, como se le llamaba popularmente por los colores blanco y verde de esta fruta que eran usados por las citadas toldas), se levantaron pequeños movimientos disidentes que fueron aplastados por el aparato militar y policial del Estado. Muchos adversarios del entonces nuevo sistema de gobierno fueron asesinados, desparecidos o lanzados al mar incluso, entre ellos Jorge Rodríguez, padre del actual Alcalde de Caracas; el periodista Fabricio Ojeda, Jefe de la Junta Patriótica; o Vicente Soto Rojas, hermano del actual presidente de la Asamblea Nacional, Fernando Soto Rojas, por sólo citar tres casos que recobran actualidad.
Ese mismo sistema puntofijista fue el que cortó los sueños de prosperidad de Venezuela durante la bonanza petrolera de la década de los años setenta, la hizo dependiente y vulnerable de potencias extranjeras y devaluó el signo monetario nacional, conllevando así al levantamiento popular conocido como el “Caracazo”, el 27 de Febrero de 1989, que trajo como consecuencia dos asonadas militares en 1992 y la destitución de Carlos Andrés Pérez de la Presidencia de la República, un año después, en 1993.
Todos estos acontecimientos históricos fueron debilitando la precaria base puntofijista y terminó por caer esa dictadura de la clase política y económica dominante el 6 de diciembre de 1998, cuando el pueblo soberano eligió a Hugo Chávez como el conductor del destino del país. De hecho, así fue expresado por el propio mandatario en el acto conmemorativo de los 53 años del 23 de Enero de 1958. Chávez dijo que “la última dictadura que hubo en este país fue la del Pacto de Punto Fijo, que traicionó al pueblo, a los movimientos populares, civiles y militares, y a los mártires que produjeron el derrocamiento de Pérez Jiménez”.
Hoy día vuelven a levantarse las banderas del porvenir de la patria que El Libertador, Simón Bolívar, soñó. El pueblo ha madurado y no va a dejarse quitar lo que en 11 años de revolución ha alcanzado, tras 40 años de desastrosos desgobiernos adecos y copeyanos.
Chávez bien lo ha manifestado: La Mesa de la Ultra Derecha (MUD) quiere revivir el enterrado Pacto de Punto Fijo, pero ellos “más nunca volverán a gobernar al pueblo venezolano”. Vienen grandes batallas. Una de ellas será en 2012, en las que el Presidente se juega su permanencia. el seguir avanzando en paz y en socialismo hacia nuestra independencia y soberanía. En esa gesta épica, con toda seguridad, venceremos, camaradas.
El llamado “Pacto” fue firmado por Rómulo Betancourt, Raúl Leoni y Gonzalo Barrios, en representación de Acción Democrática; Jóvito Villalba, Ignacio Luis Arcaya y Manuel Rivas, por URD; y Lorenzo Fernández, Pedro Del Corral y Rafael Caldera, por Copei, en la lujosa residencia de éste último, llamada “Punto Fijo”, ubicada en Caracas. El citado triunvirato de partidos, dejó fuera de cualquier participación al Partido Comunista de Venezuela, que también luchó intensamente contra la dictadura perezjimenista, y los alegatos fueron la animadversión de Betancourt, el derechista Copei y la jerarquía de la Iglesia Católica.
Al poco tiempo de instaurarse el bipartidismo AD – Copei (o “la guanábana”, como se le llamaba popularmente por los colores blanco y verde de esta fruta que eran usados por las citadas toldas), se levantaron pequeños movimientos disidentes que fueron aplastados por el aparato militar y policial del Estado. Muchos adversarios del entonces nuevo sistema de gobierno fueron asesinados, desparecidos o lanzados al mar incluso, entre ellos Jorge Rodríguez, padre del actual Alcalde de Caracas; el periodista Fabricio Ojeda, Jefe de la Junta Patriótica; o Vicente Soto Rojas, hermano del actual presidente de la Asamblea Nacional, Fernando Soto Rojas, por sólo citar tres casos que recobran actualidad.
Ese mismo sistema puntofijista fue el que cortó los sueños de prosperidad de Venezuela durante la bonanza petrolera de la década de los años setenta, la hizo dependiente y vulnerable de potencias extranjeras y devaluó el signo monetario nacional, conllevando así al levantamiento popular conocido como el “Caracazo”, el 27 de Febrero de 1989, que trajo como consecuencia dos asonadas militares en 1992 y la destitución de Carlos Andrés Pérez de la Presidencia de la República, un año después, en 1993.
Todos estos acontecimientos históricos fueron debilitando la precaria base puntofijista y terminó por caer esa dictadura de la clase política y económica dominante el 6 de diciembre de 1998, cuando el pueblo soberano eligió a Hugo Chávez como el conductor del destino del país. De hecho, así fue expresado por el propio mandatario en el acto conmemorativo de los 53 años del 23 de Enero de 1958. Chávez dijo que “la última dictadura que hubo en este país fue la del Pacto de Punto Fijo, que traicionó al pueblo, a los movimientos populares, civiles y militares, y a los mártires que produjeron el derrocamiento de Pérez Jiménez”.
Hoy día vuelven a levantarse las banderas del porvenir de la patria que El Libertador, Simón Bolívar, soñó. El pueblo ha madurado y no va a dejarse quitar lo que en 11 años de revolución ha alcanzado, tras 40 años de desastrosos desgobiernos adecos y copeyanos.
Chávez bien lo ha manifestado: La Mesa de la Ultra Derecha (MUD) quiere revivir el enterrado Pacto de Punto Fijo, pero ellos “más nunca volverán a gobernar al pueblo venezolano”. Vienen grandes batallas. Una de ellas será en 2012, en las que el Presidente se juega su permanencia. el seguir avanzando en paz y en socialismo hacia nuestra independencia y soberanía. En esa gesta épica, con toda seguridad, venceremos, camaradas.
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